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En concreto 127 horas fueron las que pasó atrapado Aron Ralston en un cañón de Utah e hicieron que tuviera que cortarse su brazo para conseguir escapar. La historia es de lo más increíble, hasta donde puede llegar una persona por sobrevivir. Pero en realidad no voy a hablar sobre la historia en si, sino sobre la película sobre el incidente: 127 horas.

El film está dirigido por Danny Boyle, director que se hizo famoso por dirigir la película Slumdog Millionaire, que recibió 10 nominaciones a los Oscar y ganó 8 además de 4 Globos de oro. 127 horas recibió 6 nominaciones a los Oscar y 3 a los Globos de oro pero no consiguió ninguno, una pena porque alguno de esos premios si se los merecía. En el reparto de actores sólo voy a nombrar a James Franco porque de la más o menos media hora del film es prácticamente el único actor que aparece y hace un trabajo formidable de principio a fin.

La película (como dijo el protagonista en la vida real Aron Ralston) es lo más parecido a un documental sobre la historia que ocurrió en el año 2003. El aventurero Aron Ralston salió de casa para viajar al Cañón Blue John en Utah y disfrutar del lugar, cosa que hacía bastante a menudo por lo visto. Mientras se adentraba en dicho lugar, cayó por uno de los huecos del cañón y una roca atrapó su brazo contra la pared. Apenas tenía agua ni comida y tampoco había dicho a nadie a donde iba por lo que estaba en un serio aprieto. Mientras se encontraba atrapado se grabó a si mismo con la cámara que llevaba para hacer llegar su historia a sus familiares y amigos cuando encontraran la cámara ya que no esperaba salir vivo de allí. Con el paso del tiempo fue perdiendo la cabeza, lo que le hizo finalmente cortarse el brazo. Ese es, principalmente, el argumento de la película.

En cuanto a los efectos especiales y todas esas cosas, el film está todo el rato ambientado en el interior del cañón y el decorado está muy bien conseguido. Pero lo que destaca sobre todo lo demás de la película es sin duda el trabajo realizado en la parte final donde Aron se corta el brazo. Es impresionante, parece que James Franco se esté cortando el brazo de verdad, es tan realista que llega a ser repulsivo. También es genial el trabajo de la fotografía, los paisajes que se ven a lo largo del film son alucinantes, rebosantes de color.

Bueno, como siempre que hablo de alguna película, me he alargado bastante pero siempre merece la pena. Mi puntuación es de 8’75 sobre 10. Es una película que a pesar de estar situada en un sólo lugar, atrapa desde el principio y no te suelta hasta el final.

Bye bye coleguitos.