Quién soy

Mi historia comienza una noche lluviosa el 5 de abril de 1994 en la mejor ciudad de Europa. Según crecía mi cuerpo, también crecía mi amor por la comunicación, el dibujo, la fotografía, el cine, la televisión, los videojuegos y la comedia. Es por ello que, pasados 18 años desde aquella lluviosa noche, me dispuse a comenzar un grado en Comunicación Audiovisual en la UPV/EHU.

Durante mis años allí no solo realicé trabajos para clase, fundé mi propia empresa: Bindigo. Nos especializamos en creación de eventos y publicidad. Fue una forma de ganar experiencia y poner en práctica lo aprendido en la Universidad . Desde noviembre de 2018 hasta Mayo de 2019 estoy en Perú trabajando como creador audiovisual en La Familia PP gracias a una beca. Tras la experiencia al otro lado del charco, he estado trabajando en Electronic Arts (EA)  como tester de localización.

También he tenido tiempo para poder formarme en marketing digital gracias a la iniciativa Google Actívate, he aprendido más en profundidad sobre copywriting, branded content, content curation, e-mail marketing, motion graphics y diseño de infografías en Domestika. Por si lo anterior fuera poco, también he completado cursos sobre programación de videojuegos en Unity y programación en Unity enfocado a Realidad Virtual y Realidad Aumentada.

Aunque parezca mentira, he podido sacar tiempo libre para crear proyectos por mi cuenta como el podcast Cremita Fina, del que soy responsable de dirigir, montar, publicar en las diferentes plataformas y crear contenido para las redes sociales. Un proyecto sin muchas pretensiones más allá de aprender y divertirnos.

Pero no todo es divertirse, con algunos de los proyectos he tenido la oportunidad de ser finalista del concurso Eikentalent en 2015, ganar el premio Invisible Express junto con compañeras de la Universidad en 2014 y formé parte de uno de los grupos premiados en la Global Game Jam Bilbao 2018.

En 2021 decidí enfocar todos mis esfuerzos en la programación web y móvil, un área con el que había coqueteado pero no había explorado nunca. Y definitivamente encontré mi vocación. El bootcamp de Codenotch sirvió para dedicarme a la programación de manera profesional. Y aunque en el bootcamp adquirí competencias para trabajar como Full-Stack developer, preferí enfocarme al Front-End, la parte en la que me siento más cómodo.